12 April, 2012
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Acariciaba la botella de vino descorchada a la vez que aquel cuerpo, recreándose en el parecido de ambos.
Nadim era alto, delgado y el color de su piel era similar al líquido tinto que Beltrán empezó a servirse.
Apretó la nariz contra el alisado vientre de su invitado y creyó percibir aromas similares a los que sabía que emanaban de aquel reserva exquisito que se moría de ganas de paladear.
Sin embargo, le cedió su copa y en su boca introdujo la verga del muchacho, sabiendo que le proporcionaría un liquido aún más preciado.
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