21 May, 2015
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Atravesando el tiempo aguarda en espera de picar un corazón añorado, tal vez elegido o quizás encontrado por azar.
Y florece, si abonándolo conseguimos que prospere; o marchita, si el elíseo de sus ramas no le aporta, al otro, apoyo en su nutrir.
Creciendo felices sus miembros, cómplices del tiempo y los recuerdos, cuando el camino corre paralelo o no a su efímera existencia; o tal vez muriendo víctimas del abandono despreocupado y sutil.
Cómo sea, este cariño de ida y vuelta no cuesta nada dar, sólo saber a que persona entregar.
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